El pájaro posaba en la rosa
Yo lo veía posar
Dorada su cabeza, violeta su plumaje
Yo lo veía brillar.
Volaba y volaba
Al borde del río, el pensamiento
Guardado en mi torpe pensar.
¿Cúal es el día, cual es la noche?
Torcía al tarado el corazón
Cursi cantor del amor.
El pájaro posaba en la rosa
Hundía sus pétalos a tierra
Oh pobrecita la rosa
Sin pétalos, desnuda
¿Qué es la vida, qué es la muerte?
¿Qué es la instantánea felicidad?
Un torpe contesta
Oh yo deseo morirme
Oh yo deseo acabar
Ah bah!...esta vida que no es vida
Oh ya termina por matarme
Enredado en dos neuronas
Que gritan como callando.
La rosa termina siendo tallo
Los dedos sangran por la espina
Oh yo deseo bailar
Oh yo deseo la fe
Ah bah!...esta vida que es solo vida
Existencias vagas al meollo de crisálidas
Cruzando la puerta, atravesando las pistas
Oh cuan corta se hace al pensar.
Taradeces, lepras mías, babosas caras de mis rostros
Escondidos
Yo lloraría, me humillaría
Tendido en mi sábana a mirar el cielo
Frías de nada mis manos os cogerían mis pies
Se echarían al lado de la maravillosa alma ajena
Mirarían con torpeza, cantarían con torpeza
Liviana, pesada, tómame y huye
Por los montes por las mañanas
Hacia la noche a la madrugada
A danzar con la cabeza de un bisonte
Entre una frazada marrón y rayada
Iluminada por una leve luz de una lámpara.
La muerte se ha robado mi alma
Oh devuélvanme ese instante feliz
Les supliqué a la rosa
Al pájaro posando sobre ella
A la sangre que caía y a la espina
El topacio azul, la bestia cuneiforme
Sonando del otro lado la interjección saludaba
¡Estas vivo!
¿No es suficiente saberlo?
¡Preparándome a luchar!
André Ivre - ESCRITOS PARA MI MUERTE 2003