sábado, 25 de julio de 2009

Profecía


Un día cualquiera confesaré que he relegado de los hombres la idiotez o lo que sea que fuere y nos convierte en autómatas. Desperté felizmente con la mañana y el reloj encendido a la hora exacta, el momento de abrir los ojos y llevar el morral en la espalda. Todas las montañas empinadas una con otra, cerros aledaños sin flores ni hierbas, smog, niños gritando, gente corriendo apurada como llevada por el viento de Lima. Seria la hora exacta iba por mis sueños, por las aventuras que inventé. El prejuicio del hombre pintando con gracia singular en mi rostro, la risa vulgar. Hablando con las paredes y los postes porque me resultan mas amorosos, mas dedicados, mas sinceros. No pretenderé que me entiendan y menos entender, el hombre podría ser el teorema de mi dios.
Soy el salvaje que prostituye las letras ni poeta ni antipoeta, ¡Soy la bestia!
Tú me creaste, tú me hiciste y yo te puse el sexo, la forma y nos llenamos en una caja, nos masturbamos los ojos con florecitas nuevas y con manitas amables que nos tocaban y tocaban, y oh que excitados nos vimos, el mundo era otro. Tú otro, yo otro y confundidos en una cama dimos rienda suelta a nuevas ideas.
En el morral, un puñal estaba limpio, acuchillarás al que intente morir, relegarás la idiotez, buen creador. De arcilla heme y soplaré en el vientre de lodo. Que hermosura, un genio vendrá ha salvarnos.

El Libertino Guardado 2009 -Andre Ivre

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