viernes, 17 de septiembre de 2010

La Flama



Ya cierto, muy cierto se hizo que el corazón se hubiese aquietado una noche a dormir la siesta de los 100 años

Los sueños se fecundaron colgando en los techos

Caminaban con ocho patas alrededor de la cama.

Pensaba en el viento, las hojas chocando entre ellas dando palmadas

De bienvenida a los pasos

Unos extraños que se iban acercando entre sí

Comentaban el clima frío y la oscilación del tiempo.

Por momentos alegre mi corazón despertaba de saltos en saltos

Se acogía firmemente al suelo

Daba vueltas como un perro con la cola alrededor queriendo morderme a mi mismo.

En un paradero ansioso, el viento oscuro se envolvía en ramas

Venían dos niños de la mano, cantando. Dos entre uno que conocía.

Iba entre la multitud sostenido en la idea.



Retornando de lo triste una flama prendía las ramas del viento

Que se quedaba en los niños.

Era una niña con ojos como platos que miraba y miraba

Y era un niño con los ojos cerrados que soñaba

Ella se ponía toda roja y se metía en mi ropa

arrobaba mi boca, me arrojaba a las flamas.


André Ivre - Jueves 26/08/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario