
Sobre su tumba lloraran las hembras
Andre Ivre habrá muerto de amor.Andre corriendo con los pantalones sueltos,trepando cercas,subiendo camas,manoseando entre faldas largas,y ropas recatadas,senos suaves y piernas con aroma de flor.
Sonríe en un recuadro con gracia,atrayendo como la serpiente a Eva. Dios del pecado venerado y amado.
Mujeres y mujeres,señoritas nobles en innobles,invertidas algunas,temblaran como perras sedientas en sudor evaporado.En lo alto nubes secas dormiran con ellas.
Andre Ivre se habrá ido en el corcel azul plata, y el bailarin de trece años se pondrá el hábito ajado.Ni Dios ni santo,un eufórico intruso debajo del follaje se le meterá en el alma,y ellas las hembras andarán poseídas,tristes y agitadas,usando al mozalbete para recordar a Andre.
Andre Ivre habrá muerto,morirá y entre nebulas se alzará el cabello claro,mostrará las orejas,oirá los gritos de placer.Todas las hembras preñadas y él muerto.
Andre Ivre (hoy)
El que fue,el que fui a los trece años-1993
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