viernes, 23 de enero de 2009

Las orejas en los dedos

Hasta que quepan las orejas en los dedos la música será mi tacto y te perseguiré por los campos, corriendo de mí, estarás. Cuando lleguemos allá, verás la lluvia sobre lo verde. Y si caes sobre bosta, si caigo también, embarrados de mierda y oliendo, pedirás que te ame, que te acaricie como siempre y me acueste con las orejas en los dedos, llenos de música hasta los codos, reventándonos de colores.

1 comentario:

  1. Mara, me pierdes entre tus tantas dimensiones, pero a la vez siento que en la bruma de tus periplos, bosquejo huellas mias.

    Tu Eros y tu Tanathos con sus choques crean explosiones y comvulsiones que dejan cierto mal sabor en los sentidos, algo asi como una resaca despues de una noche intensa y esa es a mi parecer la cuota mas elevada de tu pluma.

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